martes, 25 de marzo de 2014

Lo que tenía que pasar...

Sé que cambié, no es una noticia. Hace meses que estoy así. 
Fue un cambio bastante drástico en mi persona, y puedo asegurar que las personas, que de verdad me conocen, pudieron notarlo. Dejé de necesitar una explicación para todo, y a darla. Solía dar explicaciones hasta la persona más insignificante en mi vida. ¿ Porqué ?. A ver, porqué yo me iba a tomar la molestia de explicarle algo a una persona que le da igual, que ni siquiera le importa. Solía necesitar que alguien me escuche y me ayude a solucionar problemas. "Solía". En relidad, necesito todavía que alguien me escuche. Pero mis tristezas y dudas, incertidumbres y explicaciones, no son para cualquiera. De acá sale el valor, del verbo -valorar-. De que valoren todas mis tristezas y explicaciones. Un cualquiera no las va a valorar. 
Este cambio nunca tuvo mi consentimiento. Por lo contrario, siempre estuve consciente de que algo me estaba pasando. Algo estaba desarrollándose, algo surgía, algo venía, algo se asomaba, algo nacía en mí, y a la vez, algo moría en lo más profundo de mi alma. Ese algo murió y dejó de existir para siempre, ese otro algo nació y está dentro mío, presente en mí, hoy.
Siempre supe que estaba cambiando, pero no hice nada por detenerlo, por pararlo o por terminarlo. Dejé que pase, y quise ver de qué se trataba. Y se trata de esto. De lo que soy hoy, de lo que estoy formando. De lo que siento, y de cómo me manejo. De cómo seguir adelante. De cómo seguí, cómo sigo y como voy a seguir. 
Y cada cambio, cada circunstancia, cada situación, cada obstáculo, cada día, cada semana, cada hora, cada recreo, cada hora escolar, cada persona, cada actitud, cada mundo, me enseña. Y gracias, a no sé qué, pude darme cuenta de esto. De cómo soy, y de cómo no quiero ser. Y de que, de cada minuto de nuestras vidas se puede aprender. Todos los días aprendo algo nuevo. Llega un momento que el nivel de aprendizaje está completo. Y ahí es donde se genera un cambio. Se cambia de nivel, se aprenden nuevas cosas. Se aprende de lo que pasó y lo que pasa. Donde termina, y empieza. Ahí es donde está originado el cambio. Ahí nace.
Y todos los días me doy cuenta de algo nuevo. Mañana es una nueva oportunidad. Mañana voy a seguir aprendiendo. Y mañana, mañana y también pasado, voy a ser perseverante en el intento de seguir.  Voy a seguir insistiendo, porque de eso se vive. Porque ya cambié, y ahora estoy aprendiendo. 
Pero, la realidad también está en el sufrimiento. Al el cambio lo vas a llorar, el cambio te va a hacer sufrir. Y esa es la realidad del cambio. Sea bueno o sea malo. Siempre va a haber algo que vas a dejar.Algo que vas a tener que dejar ir. Algo muere y algo nace. Es el ciclo de la vida y se aplica a todos los sentidos.
Mi realidad se basa en transitar estos cambios. En la transición. Y en el mientras tanto. 
De cómo tengo que aguantar todo esto. De porqué a mí, de no encontrar la causa de mis angustias. De no encontrar motivación. Lamentablemente tuve que darme cuenta de todo esto. Y tuve que encontrar esa motivación, esa necesidad de seguir, adentro mío. Tuve que buscar, y rebuscar mucho tiempo. Hasta que al fin, algo de consuelo logré encontrar. Pero lo más importante, el consuelo lo encontré en mí misma, adentro mío. Que el pilar que necesitaba para sostenerme en pie, no era nada más ni nada menos, que yo misma. Esas ganas de vivir, esas ganas de seguir, esas ganas de aparecer, de sentir, de querer, ¡estaban!. No era más que esfuerzo. Lo encontré y eso es lo único que importa. 
Llegué a la conclusión de que no hay un porqué. Me di cuenta que todo este proceso por el que estoy atravesando, se llama crecimiento. No estoy haciendo, nada más ni nada menos, que crecer. Y que madurar. Que la vida es así, y que te toca lo que te toca. Que el destino de las personas está escrito. Que hoy llorás, y mañana te vas a reír. Que algún día la vida te va a devolver todo lo que le diste. Que las lágrimas de a poco se van convirtiendo en carcajadas. Que existe el karma. Que todo vuelve. Y que todavía, te queda muchísimo por llorar. Pero que también, te queda muchísimo más por reír.  Que estamos creciendo. Que lo que sentís vos, lo sienten miles de personas más. Y que, no vas a dejar de crecer hasta que te dejes de existir. Que los aprendizajes, los cambios, y demás, complementan tu crecimiento. Y que lo más importante en tu vida sos vos mismo. ¡Todos nos caemos, y nos vamos a seguir cayendo siempre! ¡Pero, todos nos levantamos y nos vamos a seguir levantando! ¡Siempre!

No hay comentarios:

Publicar un comentario