en el delirio de esa luz infinita
que me encandila; que flotando entre sueños
me arrastra hasta tu río, una visita hasta la vida misma.
Llorar y dormir bajo esa misma luna, trepar hasta tu inmenso cielo
hasta la esencia de lo más puro, lo más hermoso.
Uno nunca sabe por quién puede vivir,
uno nunca sabe por quién puede morir.